Los líderes en cualquier ámbito se caracterizan, sobre todo, por una forma de pensar. El futuro no es lineal: por muy bien que nos vayan las cosas, nadie garantiza que todo seguirá siendo así.  

En el mundo del emprendimiento no hay nada “guionizado”: las empresas nacen, crecen y se desarrollan y  cada día nos toca escribir e interpretar un guion, esperando que se cumpla o, al menos, que no haya gran des contratiempos y que el final de cada capítulo se aproxime al final feliz que esperamos.  

Para esto, desde las empresas, debemos actuar, a la vez, como guionistas y actores. Debemos saber leer muy bien la situación, fijarnos constantemente en el contexto en el que nos encontramos y actuar en conse cuencia. El guión es crucial pero debemos saber improvisar. Es aquí donde la idea de “abiertos” emerge de manera necesaria. Abiertos, en mayúsculas. Abiertos, como WOW. Abiertos a comprender el sector y la industria hoy. Abiertos, como esta actitud que no cesa, la “mentalidad del día 1.” 

Tenemos que adoptar la “mentalidad del día 1”. Ese primer día en que se lanza una empresa, en que abrimos las puertas, empezamos a recibir y servir pedidos, vemos cómo hacemos los primeros ingresos. Ese brillo especial que tienen los ojos de todos los colaboradores, las ganas de comerse el mundo, la satisfacción por el trabajo bien hecho… todo eso refleja lo que es la mentalidad del día 1.  

Este concepto de “mentalidad del día 1”, mezcla de fuerte ambición e ilusión, lo empezó a usar Jeff Bezos, fundador de Amazon. Él decía que todos los días en Amazon son Día 1. Cada vez que lo menciona, quiere animar y espolear a sus equipos en una empresa gigante y ya “antigua” (nació en 1994) para tratar todos los días como si fuera el primero, como si fuera una startup.  

Este mindset es un revulsivo energético para cualquier empresa que se opone a la mentalidad del Día 2,  que significa la parálisis, el desenfoque, el desconcierto que lleva a la irrelevancia, y finalmente al declive y la desaparición. 

En momentos de turbulencias la inacción no es una opción. Hay una verdadera necesidad de transformación o reset en la empresa y no se puede conseguir si en nuestra cabeza, lo más importante, falta este mindset, esta forma de pensar.  

Con esta mentalidad nos aseguramos ir varios pasos por delante de nuestros competidores y, si tropezamos, podemos levantarnos rápidamente, sin obsesionarnos con el pasado, sin intentar cambiar lo que no podemos.